Dejar de mirar fuera para sanar lo de dentro.

En esta entrada me gustaría invitaros a reflexionar sobre la importancia de dejar de adoptar la perspectiva en la que, lo que hay en el exterior es lo erróneo, el causante de nuestros problemas; o pensar que, si algo o alguien externo cambiase, nuestro malestar desaparecería. Es un impulso automático y recurrente (que se repite constantemente), el hecho de que cuando algo nos hace sentir mal buscamos un agente externo como causante de dicho malestar y que este es, el culpable de todo lo que estamos experimentando. Y con experimentar me refiero a todos esos pensamientos que nos hacen daño, junto con el estallido emocional que desemboca en una conducta, en muchas ocasiones con poco beneficio, que incluso nos hace sentir culpables.

Sin demasiado titubeo y de forma directa te invito a hacerte algunas preguntas reflexivas. ¿Qué sentido tiene buscar fuera de nuestra responsabilidad y alcance, las causas de aquello que nos provoca malestar? ¿Acaso, desde esta perspectiva, podemos cambiar algo? ¿Podría suceder que cambiando nosotros, nuestro interior, la situación cambiase?

Según mi propia reflexión y lo que mi enfoque psicológico me ha llevado a aceptar, es que dejar nuestro bienestar a voluntad de lo que una persona haga o deje de hacer es dejar nuestro bienestar totalmente a merced del azar. La idea que te propongo es hacernos responsables de nuestra propia felicidad y crear las causas para que esta se manifieste.

El Cómo hacerlo es la cuestión principal y por eso te dejo algunas sugerencias:

-CADA UNO DEBE SER EL QUE DECIDA HACER SUS PROPIOS CAMBIOS.

Ser capaces de mantener la idea de que para que una persona cambie debe ser la propia persona la que debe decidir cambiar y que no lo hará por el simple hecho de que su actitud te incomode. Cambiar hábitos de conducta requiere motivación y esfuerzo. De hecho, requiere muuuucha motivación y muuuucho esfuerzo. Imaginaos cuando además es una imposición y no una decisión propia.

-RECORDAR QUE YO DECIDO COMO ME AFECTAN LAS COSAS.

Aunque no seamos capaces de verlo así, tenemos mucha responsabilidad e influencia en cómo definimos las cosas que nos pasan y en como decidimos que nos afecten. Es más, la manera en la que uno decide responder ante los problemas va a ser determinante no solo en la definición, sino también en el resultado mismo.

-RECORDAR QUE LA HERIDA ESTÁ EN MI.

He aquí el quid de la cuestión y la idea más importante para alcanzar realmente una sanación. Párate un momento a preguntarte: ¿Qué me hace sentir esa conducta o situación externa que tanto me incomoda? ¿Qué hay en mí que necesito sanar?, Porque ahí está la respuesta para alcanzar nuestro bienestar. Mirar hacia dentro siempre es doloroso, pero no cerrar una herida lo es aún más.

La clave es que, lo que me provoca esa circunstancia o persona externa, es el indicador de que hay algo en mí que debo sanar. Si somos capaces de ver más allá de la situación en sí, hacer a un lado lo externo y que este sea solamente una guía, es decir, una señal que nos muestra lo que de verdad es necesario sanar en nuestro interior, habremos dado un paso de sanación muy importante. Si llegamos a este punto, habremos dado con la clave de nuestro malestar.Es importante dejar constancia de que aquí se habla en términos generales y que cada circunstancia personal es diferente, con su grado de complejidad, amplitud y una diferente gama de sentimientos encontrados a tener en cuenta.

A partir de ese contacto interno y comenzar a descubrir que sentimiento o emoción renace en ti ante esta situación, también comienza en nosotros la responsabilidad de sanarlo. Si abordas y sanas lo interno que te está haciendo sentir mal, la circunstancia externa se modifica, ya sea a través de un cambio evidente y totalmente perceptible o bien, un cambio en la perspectiva y la relación que tú estás teniendo con dicha circunstancia. Podríamos decir que es llevar a cabo la famosa cita: “Sé el cambio que quieres ver en el mundo”.

Saber perdonar y perdonarnos es una de las herramientas más poderosas, que unida a aprender a soltar será una combinación perfecta encaminada a este encuentro con la sanación y el bienestar. Así, será más fácil comenzar a integrar en ti todas esas ideas que contaba antes y que te ayudarán a cambiar de perspectiva. Sé que es un gran paso y requiere de entrenamiento y persistencia. Te invito a probarlo, saber si es útil para ti y sí quieres pues me cuentas. ¡Ánimo valiente! Qué sé de primera mano que la puesta en práctica cuesta un poquito más, aunque también sé que la recompensa es inmensa.

Me despido con mucho amor hasta el siguiente encuentro.

Gracias por estar ahí, precioso ser de luz.